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El apellido Izabel es de origen hebreo y deriva del nombre propio Isabel, que a su vez proviene del hebreo Elisheba, que significa "Dios es mi juramento". Este nombre era común entre las mujeres de la realeza europea en la Edad Media y se popularizó en España gracias a la esposa del rey Fernando I de Aragón, Isabel de Aragón. Con el tiempo, el nombre evolucionó a Izabel y se convirtió en un apellido que se extendió por diferentes países de habla hispana. Los portadores de este apellido suelen ser personas con una fuerte personalidad, determinadas y con un carácter marcado, características que podrían corresponder a las cualidades asociadas con el nombre original.
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El apellido Izabel presenta una serie de variaciones y grafías en diferentes partes del mundo. Algunas de las formas más comunes de encontrar este apellido son Isabel, Isabele, Isabell, Eizabel, Ysabel, Yzabel, Yzabelle, Izabelle, entre otras. Estas variaciones pueden estar influenciadas por la pronunciación en distintos idiomas, la evolución fonética a lo largo del tiempo o simplemente por la creatividad de las personas al adoptar el apellido. En definitiva, todas estas variantes mantienen el mismo origen y significado, ya que derivan del nombre propio de origen hebreo Isabel, que significa "Dios es mi juramento". En consecuencia, la diversidad de grafías del apellido Izabel refleja la riqueza cultural y lingüística de las diferentes regiones donde se encuentran personas que llevan este apellido.
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La investigación genealógica del apellido Izabel revela que su origen proviene del nombre propio femenino de origen hebreo "Ysabel", que significa "Dios es juramento". Este apellido se ha encontrado principalmente en España y Portugal, con registros que datan desde el siglo XVI. Se ha identificado que varias familias con este apellido emigraron a América Latina durante la colonización española, estableciéndose en países como México, Argentina y Brasil. A través de los registros civiles, parroquiales y censos, se ha podido trazar la ascendencia de varias ramas de la familia Izabel, identificando matrimonios, nacimientos y defunciones que han ayudado a reconstruir su historia familiar. Además, se ha encontrado que el apellido Izabel ha mantenido su ortografía original en la mayoría de los casos, lo que muestra la continuidad y arraigo de esta familia a lo largo de los siglos.
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